La violencia digital produce un grave malestar psicológico. Aunque en muchos casos pase desapercibida, el daño potencial que puede generar es inimaginable.
La violencia tiene un gran impacto. Ahora bien, ha estado presente en toda la historia del ser humano. La actualidad no es la excepción; sin embargo, con la llegada de las nuevas tecnologías hemos visto cambios. Ahora contamos con un nuevo tipo: la violencia digital.
A través de este artículo haremos un recorrido por esta, te contamos en qué consiste, cómo se relaciona con otros tipos de violencia, qué estrategias utilizar para anticiparnos y qué hacer en caso de encontrarnos ante este tipo de violencia.
¿Violencia digital, ¿qué es?
La violencia digital es la agresión a través de medios digitales o telemáticos. Se trata de actos de acoso, amenazas, vulneración de la información, mensajes agresivos, difusión de contenido sexual sin consentimiento y hostigamiento.
Una de las características esenciales de la violencia digital es que se propaga de forma rápida como consecuencia de la velocidad que nos permiten las nuevas formas de comunicación.
Pensemos en que un mensaje agresivo puede ser leído en un minuto en diversos lugares del mundo a la vez. Además, la violencia digital, se da principalmente por internet y las redes sociales. Y, puede darse, por medio de: mensajes, fotografías, audios, infografías, vídeos artículos, etc.
Ahora bien, con el avance de estos medios hay cambios en la seguridad a la hora de la navegación. Cambios que pasan desapercibidos para el gran público, al que por otro lado no le son esquivas las amenazas.
Por lo tanto, hablamos de que somos una población muy vulnerable en cuanto a lo digital se refiere. En este contexto, ¿cuáles son las similitudes y las diferencias de la violencia digital con otro tipo de violencia?
Violencia digital y otros tipos de violencia
La violencia digital se diferencia de otros tipos de violencia por el medio de difusión: las tecnologías de la información. El contenido digital puede ser verdadero o falso; se trata de violencia porque sigue siendo un tipo de agresión.
Sus consecuencias se relacionan principalmente con daños psicológicos. Además, es de gran impacto. Entonces, puede ocasionar el mismo malestar emocional, cognitivo y social que causan los demás. De hecho, en ocasiones se mezcla con otros tipos de violencia, por ejemplo, de género o sexual, facilitada por estos medios.
Con esto no queremos decir que estas nuevas formas de comunicación sean dañinas es sí, se trata más bien del mal uso que se les puede llegar a dar. Lo importante es que usemos de forma segura estos medios y que sepamos cuáles son los límites y cómo protegernos.
Prevención y manejo de la violencia digital
La violencia digital es frecuente. Por ello, ha estado bajo la mira de diversos actores que intentan velar por la protección en estos medios.
Por ejemplo, la asociación Stop Violencia, que ayuda a personas que están sufriendo agresiones por este medio y no saben a quién acudir o cómo actuar.
Como medio de protección en algunos países se ha incorporado la ley de violencia digital. Por ejemplo, en México, en la que se hace hincapié en, la violencia que tenga que ver con cualquier espacio digital, plataformas de internet, redes sociales y tecnologías de la información. Además, se específica que atenta contra:
- La integridad.
- Intimidad.
- Libertad.
- Vida privada.
Entonces, desde el ámbito legal y social, se intenta proteger a las personas de este tipo de violencia. Pero, ¿cuándo sucede qué podemos hacer?
Además de buscar asociaciones o medios legales que conozcan a fondo este tipo de violencia para que nos guíen, es importante que sepamos que podemos acudir a un profesional de la salud mental -igual que cuando tenemos fiebre vamos al médico o cuando se nos estropea el coche vamos al taller-. Esto aplica tanto para agresores como para víctimas.
Para la violencia, informarnos es quizás la primera estrategia. Conocer cómo estar seguros en las redes, hacer un uso adecuado de ellas y estar al tanto de las leyes que nos protegen en nuestro país.
Por otro lado, debemos saber que, aunque haya habido un caso de violencia anónimo, es importante acudir a las autoridades, así será más fácil rastrear a quién lo hizo.
Si somos testigos, también podemos actuar. Es importante que prestemos apoyo a la víctima. Sin ir más lejos, la sensación de apoyo y respaldo social es una de las variables que más favorecen que se denuncie cualquier tipo de violencia, incluida la digital. Además, en última instancia podemos denunciar la situación por ellas.
Se acumulan las investigaciones que nos ayudan a comprender la violencia digital y nos sirven de guía y de prevención. Por ejemplo, el escrito por Mancera Rueda, publicado en la Revista Discurso & Sociedad, se centra en la violencia digital que se da en los diferentes foros de opinión, como pueden ser las redes sociales.
Otra aproximación científica, desde la investigación es la de Acuña, Cuervo y Murrieta, nos muestra cómo la falta de orientación respecto al uso de los medios digitales genera un nuevo contexto para las conductas de victimización y agresión.
En suma, la violencia digital es un asunto de todos. Juntos podemos ayudar a la prevención y a la denuncia. Además, se trata de una violencia que muchas veces sucede por debajo de la superficie, oculta, disfrazada. Un hecho que solo la hace más peligrosa.
Por: Psicóloga María Alejandra Castro Arbeláez