El papel de los padres es uno de los más complicados que puedes desarrollar a lo largo de la vida puesto que tener un hijo implica, entre otras muchas cosas, una felicidad extrema y un esfuerzo constante para su educación y su crecimiento como persona. Como padre o madre tu figura será probablemente el mayor punto de referencia que tu hijo llegue a tener.
De hecho, te darás cuenta de que, conforme vaya creciendo, tu hijo optará por imitar tus conductas e, incluso, podrás ser consciente de formas de comportamiento tuyas que no sabías que tenías y en las que, desde ese momento, te ves reflejado. Ser padre es ser ejemplo hasta que tu hijo pueda tener la conciencia suficiente para moldear sus propios patrones de vida.
Los años de la niñez y adolescencia decisivos
La niñez y la adolescencia traen muchos desafíos tanto para la vida de un niño como para la de sus padres. Esto es así porque son las etapas en las que una persona comienza a insertarse en una familia, a conocer costumbres y culturas específicas y a forjar los que pueden ser sus futuros valores y principios.
Por estas razones, la disciplina junto a la genética que tu hijo posee, es tan importante. Además, esta educación viene de los padres, de los amigos que más adelante el niño irá conociendo en el colegio, de sus profesores, etc. A tu hijo lo que le valdrá en estos círculos sociales será lo que pueda ver y de lo que se pueda empapar a través de ejemplos a los que seguir.
El consejo tiene que ir acompañado del acto
Los niños se fijan en todo, por lo que todo lo que le digas tiene que ir acompañado de un acto representativo: si, como padre, le aconsejas sobre cualquier aspecto y tú haces lo contrario, probablemente haga más caso a lo que hagas que a lo que dices. Muchas serán las ocasiones en las que tu hijo te recriminará que no predicas con el ejemplo, algo que también te ayudará a darte cuenta tus debilidades y defectos.
De este modo, la coherencia es la base de lo que puedes llegar a enseñarle a tu hijo: si él entiende que lo que escucha y lo que ve es coherente, probablemente comenzará a forjar su personalidad y su psicología a partir de ahí y de cara al futuro. Tú hijo te admira y te ve como su propio espejo donde poder reflejarse cuando duda de algo, de ahí el desafío y el esfuerzo de un padre.
Algunas claves para cuidar a tu hijo desde el ejemplo
Ya hemos dicho que la educación de un hijo es una tarea muy compleja, mucho más si piensas que estás en el foco de su atención y que cualquier cosa que realices pasará su examen. Gran parte de lo que tu hijo pueda aprender vendrá de lo que tú le enseñes, por lo que estas claves pueden venirte bien para guiarte en su educación:
- En primer lugar, es clave aprovechar el día a día: saludar, las normas de comer en la mesa, los horarios y deberes del colegio, etc., pueden servirnos para reforzar hábitos responsables en la conducta de tu hijo.
- La comunicación es otro de los pilares de la relación padres-hijos que puedes acompañar de tus acciones diarias: cualquier gesto, expresión o palabra te ayudará a conocer a tu hijo mejor y viceversa.
- Otro punto importante son las normas: deben ser claras y estar acompañadas de explicaciones coherentes. Es bueno que tu hijo entienda que una cosa es que le quieres y otra, que tiene que seguir ciertas órdenes para comportarse. Muéstrale cariño, pero también seriedad.
- Una de las cosas que puede ocurrir cuando a tu hijo le enseñes con ejemplos y no solo con consejos, es que te equivoques. Sin embargo, no olvides que todo el mundo se equivoca y tú también tienes derecho a ello: tú hijo tiene que saber que hay un margen para el error en la vida.
Si reconocemos nuestros errores y le mostramos el lado positivo de aprender de ellos, ellos entenderán que de ahí salen experiencias de vida. Muchas veces parece complicado, pero es tan sencillo como pedir perdón.
Por: Cristina Medina Gomez