Aunque nadie lo diga en voz alta y aunque los sentimientos no tengan género, para muchos la tristeza crónica es un tema de mujeres. Y lo es porque un buen número de personas piensan que ese sentimiento equivale a debilidad para afrontar la vida y, erróneamente, esta idea se ha identificado con el género femenino.
Más allá del debate de género que esto supone, el problema está en lo que esto implica para los hombres. Sigue existiendo un estigma sobre quienes están deprimidos. Lo usual, entonces, es que busquen mecanismos para negar u ocultar su tristeza. Esa puede ser una de las razones por las cuales el sexo masculino tiene menor esperanza de vida, mayor índice de suicidios y tiende a enfermarse con mayor frecuencia.
La depresión en hombres adquiere características particulares, principalmente por los condicionamientos del entorno. No es tan fácil detectar este trastorno del estado de ánimo, ni siquiera para ellos mismos. A continuación explicamos 5 señales que indican la presencia de depresión en hombres.
Autoimagen negativa
Una baja autoeficacia junto a sentimientos de culpa e inutilidad son indicadores de depresión en hombres. Además, la presencia de una alta exigencia también es muy común. Todo ello tiene como consecuencia una fuerte autocrítica y la sensación de ser incapaz de afrontar cualquier tipo de situación, incluso las más cotidianas. De ahí que terminen por sentirse frustrados e inútiles.
Por otro lado, los hombres suelen considerarse más autónomos que las mujeres, tienen una necesidad permanente de independencia, autodeterminación y libertad (Hankin, 2010; Liu&Alloy, 2010). Cuando están deprimidos estos estándares y exigencias se tambalean, porque aunque esperar ser y actuar de acuerdo a esos esquemas mentales, se ven incapaces y terminan por no cumplirlos. De esta forma, acaban por desarrollar una autocrítica muy hostil y sentimientos de culpa.
Sensación de vacío y comportamiento inusual
La sensación de vacío, de que falta algo dentro, también suele estar presente en los hombres deprimidos. Esta suele ir acompañada por un profundo sentimiento de tristeza que se trata de ocultar a los demás.
Por otro lado, se observan cambios a nivel conductual. De algún modo, la depresión en hombres favorece la presencia de comportamientos diferentes a los que se suelen manifestar, debido a la inestabilidad emocional. Esto hace que los hombres lleguen a percibir su situación como incontrolable, reforzando así sentimientos de incapacidad y la percepción de un bajo control emocional.
No obstante, es conveniente mencionar que existen una serie de síntomas que indican depresión que son independientes del género, como la anhedonia, la baja autoestima y el afecto triste.
Incremento de la actividad laboral, social o sexual
Otro de los principales rasgos de la depresión en hombres es el predominio de conductas escapistas. Entre ellas podemos destacar mayor dedicación al trabajo, un aumento del número de intercambios sociales o relaciones con los demás -aunque de manera superficial- y, en ocasiones, un cambio frecuente de parejas.
La cuestión es que los hombres tratan de estar ocupados todo el tiempo. De esta manera, tienen menos tiempo para entrar en contacto consigo mismos y lidiar con sus pensamientos y malestar. Para Bennett et al. (2005) esta tendencia evitativa tiene dos objetivos:
Cognitivo
Se trata de mantenerse ocupado para evadir la retahíla de preocupaciones, sobre todo, relacionadas con el futuro.
Emocional. En este caso, realizar otras actividades ayuda a minimizar la sensación de vacío fruto de la depresión.
Conductas autolesivas y tendencia al suicidio
En general, los hombres con depresión presentan una frecuencia mayor de conductas autolesivas y riesgo suicida cuando la depresión es más severa.
Las conductas autolesivas más frecuentes son el abuso del consumo de drogas y relaciones sexuales de alto riesgo. Este tipo de conductas suelen ser una expresión de ira hacia ellos mismos, el problema es que, en ocasiones, pueden llegar a ser tan extremas que pueden terminar en suicidio.
Un lenguaje negativo
Difícilmente se ve a un hombre llorando porque se siente triste o expresando que lo está. Sus síntomas suelen ser más indirectos que los de una mujer. Uno de ellos es hablar de manera pesimista sobre el mundo, lo que hace y sobre sí mismo.
El uso de un lenguaje muy negativo en relación al estado de ánimo es otro de los posibles indicadores de la depresión en los hombres.
Es muy probable que no diga de manera directa cómo se siente, pero se mostrará escéptico con todo o casi todo. Expresará que las cosas van de mal en peor y sugiere que solo espera algo malo hacia el futuro.
Desgana, desesperanza y visión pesimista del futuro
Otra de las señales de depresión en hombres es la pérdida del interés por actividades o hechos que antes llamaban su atención. Poco a poco se va sintiendo más desmotivado para realizar cualquier actividad distinta a sus obligaciones. Incluso a estas las ve como una carga. Es posible que duerma más tiempo de lo normal, se quede muchas horas viendo televisión o acudiendo a alguna otra cosa que le evite pensar o sentir.
Lo usual es que se moleste cuando se le invite a cambiar su rutina. A veces, también hay un descuido en su aseo y su presentación personal. Se deja crecer la barba solo por “pereza” o no presta ninguna atención a su atuendo o apariencia.
La presencia de un pensamiento pesimista en relación al futuro también es muy característico de la depresión en los hombres. Este puede identificarse a través de una preocupación constante por la falta de oportunidades para desarrollarse como persona, así como por la presencia de expectativas relacionas con la no consecución de sus objetivos y metas. La razón de todo ello se encuentra en que el hombre deprimido piensa que no cuenta con los recursos personales para hacerles frente.
No obstante, para varios autores, el pensamiento pesimista es resultado de la combinación entre la preocupación constante y la intolerancia a la incertidumbre.
Por último, es importante mencionar que lo más difícil de la depresión en hombres es que la reconozcan. Su resistencia psicológica a aceptarlo es muy fuerte. A veces, lo mejor es ayudarles a entender que tienen un problema, sin etiquetarlo bajo el nombre de “depresión”. Esto facilita que hagan lo que deben hacer: buscar ayuda profesional.
Por: Edith Sánchez