El renacimiento emocional es un proceso que se produce en varias circunstancias, pero especialmente cuando caemos en un estado emocional negativo y necesitamos reconstruir este universo sobre el que sentimos.
Hay momentos en los que caemos en un abismo profundo. Llegamos a ese callejón sin salida, y nos quedamos sin saber qué hacer. Aunque en ese momento lleguemos a pensar que todo está perdido, en el fondo contamos con la oportunidad de abrazar nuestro dolor y comenzar un renacer emocional.
No es un proceso sencillo, igual que no es rápido. De hecho vamos a necesitar un pequeño ejercicio de fe, igual que nos creemos los indicadores cuando vamos circulando por la carretera. Así, los resultados vendrán después de que tomemos decisiones y comencemos a trabajar. En este artículo te hablaremos de ello.
¿En qué consiste el renacer emocional?
Para comprender el renacer emocional es muy práctico hacer una analogía con el ave fénix, quien renacía de las cenizas. Se trata de un cambio fuerte a nivel emocional, en donde la persona regenera su espacio emocional después de que algo lo comprometiera. Entonces, es como dar a luz a una nueva relación con su campo afectivo.
Así como el ave fénix, la persona alza el vuelo tras un suceso que pudo causarle gran dolor y sufrimiento. Entonces, ve a sus angustias de otro modo, y con valentía encuentra otros rumbos. Consiste en salir de estados que causan mucha aflicción, para encontrarse de nuevo, gestionar las emociones, los pensamientos y las conductas de otro modo, para germinar, para contar con diferentes motivos, para alcanzar propósitos, ver las cosas de otra manera, y encontrar una superación tras su circunstancia.
¿Cómo renacer emocionalmente?
Existen diferentes formas, todas ellas inteligentes, de gestionar el sufrimiento. No se trata de hacer un “borrón y cuenta nueva”, se trata más bien de superar las adversidades utilizando los recursos con los que contamos. A veces no es tan sencillo saber cuáles son, así que uno de los primeros pasos será identificarlos.
Navegar hasta lo más profundo
Consiste en hacer uso del autoconocimiento. Esto implica ser reflexivos, pacientes, y afectivos con nosotros. Paso a paso podemos ir descubriendo qué es lo que nos sucede. ¡Al saberlo será más fácil gestionarlo!
Además, para autoconocernos podemos explorar qué es lo que queremos ser, qué somos en este momento, hasta dónde queremos llegar, cómo queremos hacerlo. Saber acerca de estos asuntos nos ayudará a contar con una idea de nosotros, y a seguir lo que verdaderamente queremos.
También, podemos sacar provecho reconociendo cuáles son nuestras cualidades y mayores defectos. Así, podremos utilizar esta información para afrontar los momentos difíciles y renacer emocionalmente. Por un lado, saber en lo que fallamos nos ayuda a prever repetirlo, en algunas ocasiones; y por otro, saber sobre nuestros recursos, nos ayudará a tener en mente las habilidades a utilizar cuando se presenten los problemas.
El aprendizaje en el renacer emocional
Después de la tormenta viene la calma, dice el refrán. Y, si bien no es un asunto que se dé por parte de magia, si puede suceder. Consiste en la tranquilidad que puede surgir luego de afrontar una situación dolorosa. Para hacerlo, una de las herramientas más útiles es el aprendizaje, observemos por qué:
- Facilita a saber qué no hacer la siguiente vez.
- Nos ayuda a sanar.
- Aprender de lo que no hicimos nos prepara para conocer nuestros límites.
- Para pedir ayuda.
- Salir de nuestra zona de confort.
- Ver distintas perspectivas.
- Mayor consciencia.
Aprender a caer y levantarnos, nos ayudará a salir de situaciones de gran angustia. Y, cada vez podremos ir adquiriendo mayor conocimiento para afrontar situaciones venideras, después de todo en la vida siempre van a surgir dificultades.
Saber decir “Adiós”, una clave del renacer emocional
Significa no arraigarnos a lo que ya pasó, o a lo que pudimos haber hecho. Para ello, hay que aprovechar el momento presente. Consiste en valorar el “aquí y el ahora”. Quedarnos estancados en el pasado nos lleva a seguir con el sufrimiento.
Entonces, debemos aprender a dejar ir. Pero también es importante no apresurarnos al futuro, pues nos puede causar ansiedad. A veces llegará a resultarnos complicado, pero si nos adelantamos a los hechos no conseguiremos el renacer emocional.
Saber decir adiós, no significa olvidar aquello que nos causó tal sufrimiento. Significa abrazar nuestras angustias, aprender de ellas y sacar lo mejor de nosotros para afrontar lo que viene. Además, es importante hacerlo porque si vamos sumando cada vez más cargas, acabaremos agotados. Soltar el dolor no significa que no haya sido importante, quiere decir hacernos la vida más saludable, aprovecharlo como aprendizaje, y poder florecer.
Resiliencia para afrontar el sufrimiento
Es una habilidad que muchos tienen y otros podemos aprender a desarrollar. Supone adaptarnos de forma positiva a situaciones adversas ¿cómo?
- Siendo optimistas.
- Aprendiendo de la situación.
- Enfocándonos en nuestras motivaciones.
- Encontrando un propósito.
- Confiando en nuestras fortalezas y habilidades.
- Aceptando, porque es necesario para avanzar.
Es una forma de que la adversidad nos haga más fuertes. Entonces, transformamos el dolor en algo que nos resulte agradable. Hay diversos modos, por ejemplo, a través del ejercicio físico, el arte, la compañía, etc.
La resiliencia es tan importante que ha sido estudiada a través de diversas investigaciones. Por ejemplo, Uriarte Arciniega de la Universidad del país Vasco, escribió un artículo en el que muestra a la resiliencia como una ventana al optimismo y a la capacidad de adaptación y de mejora constante del ser humano.
Encontrar una guía
Si bien podemos contar con diversos recursos que nos pueden ayudar en los momentos difíciles, hay momentos en los que necesitamos de alguien. Es mejor no encerrarnos en nosotros bien sea porque nos avergüence pedir ayuda, o porque queramos afrontarlo solos, aunque nos derrumbemos.
Pedir ayuda no está mal, por ello contamos con diversas personas.Podríamos acudir a las personas más cercanas y comprensivas, para comentarles lo que tanto nos angustia y encontrar una guía o simplemente porque nos ayude a soltar. Incluso, podríamos acudir a un profesional, porque nos produzca mayor confianza, porque queramos estar en manos de un experto, o porque no sepamos a quien acudir.
Esta es otra forma de renacer emocionalmente, orientarnos hacia la luz gracias a la maravillosa guía de alguien en quien confiamos. Hace falta que seamos valientes para mostrar lo que llevamos dentro, pero valdrá la pena saber que contamos con alguien, que nos ayudará a levantarnos de grandes caídas.
Beneficios de renacer emocionalmente
El renacer emocional implica haberle dado un significado al sufrimiento, de manera que el relato del mismo pase a formar parte de nuestra historia sin causa más sufrimiento. Veamos cuáles son los beneficios de este renacer:
- Mayor comprensión.
- Incrementa la gestión emocional.
- Mayor capacidad de resiliencia.
- Se facilita ver desde otra perspectiva.
- Aceptación.
- Mayor autoestima.
- No estancarnos.
- Vivir el momento presente.
- Mayor consciencia.
- Incrementa el autoconocimiento.
Ahora bien, no quiere decir que siempre transformemos el sufrimiento en alegría. Pueden surgir otras emociones, que poco a poco iremos identificando y gestionando para liberar tensión. Cada emoción es importante y nos brinda un aprendizaje. Entonces, es como una metamorfosis, transformamos el sufrimiento en un estado emocional distinto que nos sirva como punto de partida.