La definición de la palabra “queja” y sus derivados (lamento, desacuerdo, reproche, etc) es una forma de expresar insatisfacción, dolor, malestar, resentimiento o dolor y desgastarse encontrando defectos en todo.
La incómoda verdad es que la mayoría de nosotros encontramos alguna razón “justificable” para quejarnos de casi todo. Pero sea una situación que lo justifica o que sea irrelevante, el hábito de quejarse es un atributo asociado con un carácter débil. Pero ¿por qué esto es así? Quejarse demasiado a menudo se traduce en un resultado negativo. Para empeorar las cosas, el acto de quejarnos es por lo general algo que no podemos controlar.
Quejarse y reprochar forma parte de la naturaleza humana y no hay nada de malo con ello, sin embargo cuando es un mal hábito y una mala costumbre que nos deja sin energía, ahí si tenemos un problema, puesto que el factor del estrés, junto con el estado de ansiedad que produce quejarse mucho, terminan ocasionando dolores crónicos y otros padecimientos que no solemos atribuirle a este mal hábito.
La forma más habitual de manifestar nuestra incomodidad con alguna situación o persona es hablar mal de ello, y lo que más solemos usar es a alguien que nos escuche, también cargando ese peso sobre sus hombros.
Maneras para dejar de quejarte de todo
Aquí está la raíz del problema: mediante la queja no se logra absolutamente nada. Es un comportamiento despreciable con un resultado igual a cero. No se gana nada, pero mucho se puede perder. Mediante nuestra fuerza de voluntad, vamos a ver cómo podemos cambiar este hábito para conseguir que la fatiga, el estrés y los dolores crónicos no se sigan alimentando en este ciclo.
1. No dejes que las personas influyan en tu estado de ánimo
Esta es fácil de explicar, pero difícil de practicar. Es increíblemente fácil permitir que otros alteran nuestro estado de ánimo positivo. Ya se trate de conocidos, compañeros de trabajo, y sí, incluso nuestros amigos y familiares, lo que permite a un individuo o grupo afectar negativamente tu forma de pensar es una responsabilidad personal. No permitas que esto suceda, si detectas cuando puede llegar a suceder, puedes simplemente evitar esas personas o situaciones para no “salir contaminado” con energía negativa.
2. Cuando la situación no sea la ideal, toma un respiro y busca una solución
Es propenso para la naturaleza humana reaccionar impulsivamente a una mala situación. Pero aquí es cuando la decisión consciente de inhalar profundamente puede beneficiar. La respiración profunda ajusta automáticamente tu cuerpo y mente para equilibrarlo; Lo que te permite tomar decisiones racionales para ayudar a resolver cualquier situación.
3. A veces ser amable es mejor que tener razón
Cuando surge el conflicto, a menudo es nuestra soberbia que nos anima a “estar a la defensiva” y defender nuestra idea, sea como sea. Sin embargo, cuando se trata de resolver amigablemente una situación, a veces nos beneficia a nosotros mismos y a otros, poder hacerlo con una actitud positiva.
4. Realiza algún tipo de actividad física durante el día
El ejercicio es una de esas actividades que se ha demostrado que ayuda a cosechar las recompensas tanto mentales como físicas. Lo que se refiere al tema que nos ocupa, el ejercicio es, sin duda, la acción más ventajosa que uno puede tomar para equilibrar su estado de ánimo. Esto incluye la fortaleza mental que a menudo es necesaria para resistir la tentación de quejarse de todo, todo el tiempo.
5. Sé comprensivo y paciente contigo mismo. Estás haciendo lo mejor que puedes
La auto-compasión es clave para evitar la autocrítica. Con demasiada frecuencia, nos disciplinamos demasiado y solemos ser muy severos con nosotros mismos; y esta reacción implica quejarse de uno mismo o de los demás. Ser compasivo con uno mismo y con los demás aliviar las exigencias puestas hacia metas que no son más que trampas que hemos trazado nosotros mismos. No se trata de ser perfectos, sino en ser más felices cada vez.
6. Busca intencionalmente las cosas que te hagan sentir bien
También se llama gratitud, el don de reconocer las cosas buenas en tu vida también es clave para abstenerse del impulso a quejarse todo el día. Es bastante simple: cuando somos conscientes de las bendiciones otorgadas a nosotros, somos menos propensos a centrar la atención en las cosas no tan buenas, que son las que nos provocan quejarnos de todo y no estar conformes con nada.
7. Haz cosas que te traigan satisfacción
Todos necesitamos la felicidad en nuestras vidas. La falta de esta, a menudo se manifiesta en las actitudes de amargura y confusión. Por supuesto, esto a menudo nos obliga a buscar los fallos donde hemos perdido el camino hacia el bienestar emocional. Hay que reservar un tiempo para hacer las cosas que provocan sentimientos de alegría, y de a poco iremos retomando el camino hacia el centro de nosotros mismos, el bienestar será una buena señal.
8. Haz algo bueno por alguien más
La Madre Teresa dijo alguna vez: “No creo que el amor con el fin de ser genuino tiene que ser extraordinario. Lo que necesitamos es amar. Ser fiel a las pequeñas cosas, ya que es en ellas que tu fuerza reside“.
Los pequeños actos de bondad traen mucha satisfacción, no sólo para el destinatario, sino también para el benefactor. Encontramos agradecimiento en este tipo de acciones que, por supuesto, nos pone en un estado de ánimo que está menos inclinado a participar en la crítica y otros patrones de pensamiento negativo.
9. Mantén bien nutrido tu cuerpo
Nuestra salud física está entretejida con nuestra salud psicológica. Cuando estamos comiendo bien – hidratados, comiendo saludable y tenemos una dieta que incluye alimentos nutritivos – estamos brindando un impacto positivo en nuestro estado de ánimo. Cuando nuestra mente está en equilibrio con nuestro cuerpo, estamos mucho menos propensos a involucrarnos en comportamientos contraproducentes, como lo son las quejas y los reclamos exigentes y que drenan mucha de nuestra energía.
10. Date tiempo para la reflexión y el relax
Una mente y cuerpo cansado solo consiguen que estemos menos preparados para estar en armonía. Al igual que en los hábitos alimenticios, dejar de lado la necesidad de despejar la mente y el cuerpo nos deja propensos a un comportamiento negativo. Debemos priorizar las actividades que nos permitan estar relajados y tener tiempo para la reflexión. Esto equivale a cargar nuestro cuerpo de energía creativa.
11. Haz del sueño una prioridad
De las once cosas en esta lista, el sueño adecuado es sin duda la más importante. Nuestro cerebro no puede descansar o reorganizar si no dormimos. Como tal, no somos capaces de pensar racionalmente – un hecho probado científicamente. Esto es evidente; si no somos capaces o no estamos dispuestos a practicar buenos hábitos de sueño, nuestro juicio y decisiones se deteriora gravemente. El impulso de quejarse diariamente es sólo una entre muchos otros subproductos de la privación del sueño.