¿Existe una personalidad migrañosa? ¿Hay relación entre esta enfermedad y nuestros rasgos personales? Descúbrelo.
Padecer migrañas puede convertir tu vida en una auténtica tortura. Afirman que esta afección es hereditaria y se relaciona con un mayor riesgo de desarrollar ansiedad y depresión. Sin embargo, la relación existente entre personalidad y migraña es mucho menos conocida.
La cuestión ha suscitado interés desde hace más de 80 años, siendo Wolff uno de los pioneros en la investigación. Tras años de estudio se han encontrado asociaciones importantes entre ciertos rasgos de personalidad y el padecimiento de la migraña.
¿Qué es la migraña?
La migraña es un tipo de dolor de cabeza, de intensidad moderada a elevada, generalmente de carácter pulsátil. Pero va mucho más de un simple dolor. La migraña se presenta acompañada de síntomas tales como náuseas o vómitos. Además, provoca fatiga y una gran sensibilidad a la luz y al sonido.
La persona migrañosa puede encontrarse totalmente incapacitada cuando se enfrenta a una crisis. Ser presa de la irrefrenable necesidad de aislarse en un entorno silencioso y oscuro para sobrellevar el dolor. Además, en ocasiones, viene precedida por un aura. Esta consiste en la aparición de alteraciones en la vista, dificultad para hablar o para moverse.
En función de si el trastorno es episódico o crónico, los síntomas se presentan de forma más o menos frecuente. Sin embargo, a pesar de haber detectado algunos desencadenantes, aún se desconocen con exactitud las causas de la migraña.
Personalidad y migraña
Un rasgo de personalidad es un patrón específico y estable de percibir, interpretar y reaccionar a los acontecimientos. A través de la investigación, se ha podido establecer una relación entre personalidad y migraña. Una suerte de perfil migrañoso, con rasgos comunes a quienes padecen esta afección. Algunos de los más destacados son los siguientes:
Perfeccionismo e hiperresponsabilidad
Una de las cualidades más destacadas es la tendencia al perfeccionismo y a ser excesivamente exigentes consigo mismos y con los demás. Son personas que buscan y exigen la excelencia, les resulta difícil ser flexibles y transigentes. Necesitan adecuarse a las normas, son extremadamente responsables y buscan la excelencia.
Necesidad de control
En esta categoría entran aquellos individuos que no toleran la incertidumbre. Necesitan saber con exactitud qué se va hacer, cómo y a qué hora. Ajustarse rígidamente a un plan les proporciona una sensación de control, que se convierte en ansiedad cuando no hay un plan o se salen de él.
Dicotomía y sentido de la justicia
Existe una marcada tendencia en estas personas a ver el mundo en blanco y negro. Son radicales en sus juicios a la hora de valorar si algo es bueno o malo, justo o injusto. No existen los grises ni los puntos intermedios. Son poco flexibles a la hora de interpretar las situaciones.
Baja tolerancia a la frustración y a las críticas
Los individuos con migraña parecen ser más sensibles al fracaso y a las críticas. Tienen problemas a la hora de gestionar las experiencias negativas y se ven bastante afectados por los comentarios ajenos. Cuando algo de lo que sucede se distancia de sus expectativas, lo perciben como un fracaso personal en lugar de como una oportunidad de aprendizaje.
Debido, quizá, a una baja autoestima tienen más dificultades para manejar la frustración y las emociones. Presentan así una tendencia a somatizar el sufrimiento emocional, ya que son personas muy mentales. Por ello, es común que los episodios se desencadenen en situaciones de estrés donde la persona se siente desbordada.
¿Existe relación entre personalidad y migraña?
Dentro de las categorías de clasificación de la personalidad, los rasgos asociados a la migraña son los pertenecientes al grupo C. Este designa a las personas con tendencia ansiosa, dependiente y obsesiva. Estas relaciones han sido cuestionadas y aún están sujetas a controversia.
No se puede determinar con exactitud la relación entre personalidad y migraña. Sin embargo, sí se ha encontrado mayor presencia de estos rasgos en pacientes migrañosos que en grupos control. Más allá de todo, puede resultar conveniente abordar estas tendencias rígidas en los pacientes y animarles a flexibilizar sus percepciones.
Con la terapia cognitivo-conductual se ha ayudado a personas con migraña a modificar sus patrones de pensamiento, manejar su ansiedad y desarrollar estilos de afrontamiento más adecuados. Con ello se han obtenido logros importantes en el manejo y control de las migrañas. Abordar la psicología del paciente migrañoso es una alternativa nada desdeñable y que puede ofrecer un futuro esperanzador.
Por: Elena Sanz