Si eres de esas personas que se distraen fácilmente entonces sigue leyendo este artículo y conocerás
cómo hacer que tu cerebro pueda trabajar más eficientemente a través de la concentración.
¿Por qué nos desconcentramos?
Nuestro cerebro prefiere la recompensa inmediata y por eso nos tienta a postergar tareas, fundamentalmente aquellas que llevan más dedicación. Pero una buena noticia es que el cerebro es maleable durante toda la vida y puede cambiar para mejor.
Internet, las tecnologías y la desconcentración
Se calcula que en la actualidad, cerca del 80% de los estudiantes y el 25% de los adultos admite tener una cierta tendencia a no terminar tareas y la presencia actual de Internet y los teléfonos inteligentes ofrecen una cantidad enorme de posibilidades de distracción. En un mundo repleto de distracciones y tecnología es difícil no perder la fuerza de voluntad necesaria para mantener la concentración y prestar atención a las tareas ya sean académicas como laborales.
¿Cuándo aparece la distracción?
Hay psicólogos que opinan que la distracción es un mecanismo que se activa en momentos de estrés para lidiar con los problemas que surgen cotidianamente. Es decir, cuanto mayores sean nuestros problemas, más buscamos darles la vuelta y hacemos actividades que nos desconcentran.
El cerebro y la concentración
Los estudios de muchos investigadores como DeGutis y Esterman apuntan hacia la red dorsal de atención del cerebro, que es la zona que enlaza las regiones de la corteza prefrontal. Esta parte del cerebro se localiza justo encima de los ojos y es la que nos ayuda a tomar las decisiones. A su vez, la corteza parietal, también llamada “mesa de controles”, es el lugar desde donde se monitorean todos nuestros sentidos. Se localiza encima y ligeramente hacia atrás de nuestros oídos.
Esta zona es la que se activa siempre que le prestamos atención deliberada a una tarea. Para que esa zona funcione adecuadamente la actividad en la otra parte del cerebro se debe reducir.
Estos científicos y sus equipos han trabajado durante más de una década y han logrado descubrir que el cerebro es de por sí maleable, es decir, se puede ayudar a que muchas personas aprendan a concentrarse mejor.
Yoga y concentración
Aunque los neurocientíficos trabajan en dispositivos que ayuden a la concentración se reconoce el papel que tiene el arte milenario del yoga para equilibrar el cuerpo y ayudar a la concentración. El yoga, junto al contacto con la naturaleza, ayuda mucho a la concentración personal. Se recomienda la práctica de más de una sesión de yoga por semana para lograr resultados visibles.
Si no te logras concentrar bien no importa, si eres capaz de entrenar dos o tres veces por semana y tener contacto con la naturaleza de vez en cuando entonces podrás ayudar a que tu cerebro se olvide del estrés y se pueda concentrar mejor.