¿Te has tomado un minuto para pensar cómo el estrés afecta tu salud? Si la respuesta es no, te recomendamos leer las razones que tiene para hacerlo el Dr. Daniel López Rosetti.
Meditación y estrés son dos conceptos que suelen estar ligados en el lenguaje popular. Pero, ¿de qué forma? Podríamos decir que la relación se basa en un problema y una posible solución. Sin embargo, para poder afirmarlo estaría bien comprender de qué forma el estrés se convierte en patológico y de qué forma la meditación puede ayudarnos a disipar los síntomas.
Este tema suele escapar a la esfera de los médicos, quienes prefieren evitarlo. No es el caso del Dr. Daniel López Rosetti. Este cardiólogo, escritor y especialista en estrés argentino ha aparecido en diferentes medios de comunicación por su particular visión de los problemas cotidianos. A su vez, es considerado como «el médico que habla fácil», destacando por su claridad conceptual y la cercanía al público.
Estrés: el enemigo interno
A través de su experiencia personal, López Rosetti identificó en su propio cuerpo las consecuencias del sufrimiento y el agotamiento mental.
Los obstáculos y los problemas que nos hacen sufrir impactarían en nuestro cuerpo en el sentido más físico. Sin embargo, solemos ignorarlos por no ser incapacitantes en un primer momento; así, cuando menos lo esperamos, estallan en forma de enfermedad.
Cargas frente a resistencias
El Dr. López Rosetti tuvo un periodo de mucho estrés por la muerte de su padre. Por cuestiones laborales y cotidianas, no pudo prestarle la atención necesaria en su momento y aguantó el dolor; ya de vacaciones, fue diagnosticado de tuberculosis pleural. Según él, el estrés es sufrimiento crónico sostenido en el tiempo. Para entenderlo podríamos representarlo en una balanza:
Cargas: son las cosas que debo resistir.
Resistencias: la capacidad de resistencia para las cargas.
Cuando las cargas superan la capacidad de resistencia, aparecen los síntomas. Este proceso se entiende generalmente en la psicología como somatización.
La gota que derrama el vaso
El problema fundamental aparece cuando la balanza se rompe y las cargas vencen a las resistencias. Los síntomas son información que nos envía el cuerpo de que algo no marcha bien y comúnmente se expresa de la siguiente manera:
Insomnio. Incapacidad para conciliar o mantener el sueño.
Dolores crónicos. De cabeza, estomago o musculares.
Nerviosismo. Ansiedad y pánico al enfrentar situaciones vinculadas con los factores estresantes. Una de las alertas más comunes del cuerpo.
Falta de aire o agitación. El síntoma más presente en el burnout. Los pacientes se agitan sin que un esfuerzo físico lo justifique.
Alteración de memoria y concentración.
Miedo irracional.
Los síntomas son información
Para el Dr. López Rosetti, los síntomas son una información que no podemos ignorar. A pesar de que podemos ir al médico y éste puede entendernos si es empático, somos nosotros mismos quienes debemos interpretar las señales del estrés. Para ello, debemos entender la siguiente estructura de etapas del estrés:
Percepción. La realidad existe a través de nuestros propios procesos mentales. La interpretación de la realidad predispone al ser humano. Por tanto, no será lo mismo ignorar los signos de estrés que prestarles la debida atención.
Conducta y hábitos. Ignorar el estrés, tienen como consecuencia caer en un círculo de retroalimentación del mismo. Es así, que una persona fumadora cuando está estresada, contraerá la conducta compulsiva de fumar más. Esto sucede con la comida, el alcohol o cualquier otro hábito desadaptativo.
Síntomas físicos y psicológicos. Las conductas mencionadas se convierten en síntomas físicos y psicológicos. Un ejemplo físico sería la alteración del sueño o la agitación, y otro psicológico sería la ansiedad o la depresión.
Enfermedad. Si el estrés no termina o baja de intensidad, los síntomas físicos y psicológicos derivan en enfermedad. Es la forma que tiene nuestro cuerpo de decirnos, por las malas, que paremos.
La intervención rente al estrés: ¿cómo quitarse la mochila?
Para el Dr. López Rosetti, una persona estresada es en resumen una persona que no es feliz. El tratamiento del estrés es médico, psicológico y hasta filosófico.
Una persona que no advierte las consecuencias del estrés en su cuerpo, puede que tampoco tenga un motivo claro para hacerlo. Esto sobrepasa a cualquier herramienta médica o psicológica como la medicalización o el conductismo. Es así que se plantea la relación meditación y estrés, como posible abordaje.
¿Qué es la meditación?
En primer lugar, no es algo esotérico, religioso o extraño, aunque por sus características y proveniencia esté relacionado a procesos espirituales. Para el Dr. López Rosetti, la meditación es un proceso biológico. Esta afirmación se basa en la diferenciación de funciones en el cerebro.
El hemisferio izquierdo, racional, lógico y matemático es el encargado de los constantes pensamientos intrusivos. Cuando focalizamos la atención del hemisferio izquierdo en un objeto y logramos concentrarnos, estamos meditando.
El hemisferio derecho en éxtasis
Cuando el hemisferio izquierdo (generalmente dominante) se focaliza, el hemisferio derecho que es más abstracto y espacial, entra en auge. Este hemisferio no tiene la concepción de tiempo que tiene el izquierdo y por ende logramos una relajación que baja el estado de alerta y restablece las funciones corporales.
¿Cómo lograr este estado?
Según el autor, la meditación se logra utilizando un objeto que cautive nuestra atención, independientemente de su significado. Puede ser una vela, un mándala o un rosario cristiano.
Lo religioso, místico y supersticioso queda relegado y lo importante es que ese objeto logre captar la atención del paciente. El hemisferio izquierdo se concentrará y nuestro hemisferio derecho trabajará libremente.
Meditación y estrés: una cuestión de hábito y práctica
Para López Rosetti, la relación entre meditación y estrés es fructífera en tanto que la primera estrategia se practique con asiduidad. Esta técnica no va a curarnos, pero va a permitir cortar el bucle de retroalimentación negativa que convierte los hábitos en enfermedades.
¿Cuántas veces te has detenido para verificar si todas las partes de tu cuerpo están bien? Para esto se recomienda la meditación de varias formas:
Relajación neuromuscular guiada. Concentrarse y fijar la atención en diversas zonas del cuerpo de manera progresiva.
Ejercicios de respiración. Respirar profundamente ayuda a bajar el ritmo cardíaco.
Concentración focalizada. Concentrarnos en un objeto, con ayuda de música relajante.
Control del estímulo. Quitar importancia y no hacer una revisión moral de cada pensamiento intrusivo. Simplemente dejarlos pasar.
La vorágine del día a día hace que, por ejemplo, no nos demos cuenta de que tenemos gastritis hasta que no aguantamos más el dolor. Todo esto es evitable dándonos unos minutos diarios para desconectar y evaluar cómo está nuestro cuerpo frente al ritmo vital que le imponemos.
Por: Francisco Roballo