Hay pruebas de pruebas, exámenes de exámenes. Aunque siempre causan algo de tensión, algunos de ellos son más bien rutinarios. Otros, en cambio, hacen emerger todos nuestros miedos. Son esas pruebas de las que depende algo muy importante: quizás un trabajo largamente soñado, la aprobación del final del curso, o tal vez, el grado en secundaria o la facultad.
En teoría, no tendríamos por qué sentir ansiedad si hemos estudiado y estamos seguros de lo que sabemos. Sin embargo, es más fácil decirlo que sentirlo. Fácilmente brotan nuestras inseguridades y pensamos que podríamos quedarnos en blanco, bloquearnos; que justo nos pueden preguntar sobre ese tema que no manejamos a la perfección… En fin, no es suficiente prepararnos intelectualmente: también debemos poner a punto nuestras emociones.
Eliminando la ansiedad
Para que la ansiedad se disipe y te permita trabajar libremente durante la prueba, es bueno que sigas algunas recomendaciones:
- Practica una respiración profunda cada vez que sientas que aparece el nerviosismo. Es recomendable que con antelación te hayas informado sobre la respiración abdominal y te entrenes para utilizarla cada vez que sientas ansiedad.
- Piensa de manera positiva. Aleja de ti los pensamientos sobre posibles desenlaces negativos. Cada vez que aparezcan en tu mente, repite: “Haré lo mejor que pueda”.
- Duerme suficiente el día anterior. Trasnochar estudiando en vísperas del examen es una de las peores ideas que se te pueden ocurrir. Procura hacer todo lo contrario: dormir, ojalá un poco más de lo habitual. Si no concilias el sueño, vuelve a la respiración abdominal. A medida que la practiques te irás relajando y podrás conciliar el sueño.
- Deja todo listo el día anterior. Nada peor para incrementar la angustia que estar buscando útiles o papeles pocos minutos antes de un examen.
- No vayas con el estómago vacío. Come algo ligero antes de entrar a tu prueba. Evita los alimentos con alto contenido de azúcar.
- Durante el examen, contesta primero aquellas preguntas sobre las que tienes seguridad en la respuesta. Deja para después las que consideres más difíciles.
- Si te quedas en blanco, pasa inmediatamente a otra pregunta. Vuelve a la respiración abdominal y piensa en positivo. Si te tomas un par de minutos calmándote, verás que todo vuelve a la normalidad.
- Pregunta al encargado si tienes duda sobre alguna pregunta o algún aspecto del examen.
- Conserva el orden y la limpieza en el examen que estás respondiendo.
- No te fijes en lo que hacen los demás. Allá ellos con su ritmo y sus preocupaciones; a ti solamente debe interesarte lo tuyo.
- La mayoría de errores se cometen por apresuramiento. Tómate tu tiempo.