Hasta hace apenas unas décadas, la meditación era vista como una práctica para gente extraña, que tenía más que ver con religión que con bienestar. Gracias a una mayor difusión de la información y a la apertura mental de muchos sectores de Occidente, hoy sabemos que meditar no es una actividad necesariamente mística, sino una práctica de encuentro y armonización en nuestro cuerpo y nuestra mente.
Los efectos de la meditación han resultado tan positivos que científicos de todo el mundo la han convertido en objeto de investigación. Se ha podido probar que ejerce grandes beneficios sobre la salud física y el equilibrio de las emociones. Por eso hoy día está siendo empleada en varios tratamientos.
¿Qué hace la meditación por el cerebro?
Según el doctor Javier García Campayo, psiquiatra y profesor de la Universidad de Zaragoza, la meditación incrementa algunas habilidades cognitivas como la atención, la memoria y la concentración. Esos efectos también pueden lograrse mediante otras actividades intelectuales como la lectura y los llamados “juegos mentales” (rompecabezas, sopas de letras, etc).
La diferencia entre meditar y realizar juegos de destreza mental estriba en que la meditación (así como la lectura) ejerce grandes efectos también en el plano emocional. La meditación consigue disminuir notoriamente los síntomas de estrés y depresión. Les permite a las personas sentirse más serenas y les provoca una sensación de mayor felicidad.La meditación hace gran énfasis en el momento presente. Busca que una persona salga del pasado o del futuro y se concentre en el instante actual, para experimentarlo plenamente. Esto induce a actitudes positivas, ya que muchas de las neurosis tienen su origen precisamente en el peso de lo que ya ocurrió, o la incertidumbre por lo que puede venir.Con la meditación el cerebro cambia su manera de funcionar. Hay mayor frecuencia en la producción de ondas Alfa y, después de un tiempo de práctica, se generan ondas Gamma. A largo plazo también hay modificaciones a nivel de los neurotransmisores: se produce menos glutamato, un elemento que favorece la excitación nerviosa. También se ha comprobado que aparece una mayor conectividad neuronal.Por todo ello no es exagerado decir que la meditación cambia tanto la estructura como el funcionamiento del cerebro.
Otros beneficios.
Las ondas Alfa son características de los estados psicológicos de tranquilidad y felicidad. Cuando el cerebro funciona en esta frecuencia es más difícil que te den gripes, enfermedades cardiovasculares y cáncer. También hace más resistente todo tu aparato inmunológico.
A comienzos de la década de los 70 se hicieron algunas investigaciones en Estados Unidos, con un grupo de personas que practicaban la meditación. En los años 90 se repitieron estos estudios. En ambos casos pudo concluirse que el efecto de esta práctica era altamente saludable.
Por eso la meditación ha venido incorporándose a varios tratamientos médicos y psiquiátricos. Se utiliza principalmente para manejar la depresión, la ansiedad, trastorno obsesivo, trastorno de estrés postraumático, dolores crónicos, alergias recurrentes y enfermedades por inmunodeficiencia.
Más recientemente muchos médicos han comenzado a emplear la meditación como una práctica preventiva, para garantizar un óptimo estado de salud. Se puede realizar a cualquier edad y en cualquier clase de condición. No se conoce ninguna contraindicación.