Es normal que surjan conflictos entre dos personas que mantienen una buena relación de familia, de amistad, de pareja, o del tipo que sea. Pero aprender a lidiar con el conflicto en lugar de evitarlo es fundamental para que progrese y madure esta relación.Un conflicto mal administrado puede causar un gran daño. Sin embargo, cuando se maneja correctamente, de manera respetuosa y positiva, el conflicto constituye una oportunidad para fortalecer el vínculo entre las personas. Por eso, aprender habilidades para la resolución de conflictos ayuda a que las relaciones personales y profesionales sean fuertes y mejoren con el tiempo.
El conflicto surge de las diferencias y se produce cuando las personas no están de acuerdo sobre sus valores, motivaciones, percepciones, ideas o deseos.Las necesidades de ambas partes juegan un papel importante en el éxito de las relaciones y cada una merece respeto y consideración. En las relaciones personales, la falta de comprensión sobre la diversidad de las necesidades de cada uno puede provocar distanciamiento, discusiones y rupturas.Sin embargo, cuando se puede reconocer la legitimidad de las necesidades en conflicto y las personas están dispuestas a examinarlas con actitud comprensiva se abren caminos para la solución creativa de los problemas y la mejora de las relaciones.
Un conflicto es una oportunidad. Un conflicto es algo más que un desacuerdo. Se trata de una situación en la que una o ambas partes perciben una amenaza. Esas amenazas hacen que nuestro bienestar se vea afectado, por lo se quedan con nosotros hasta que nos enfrentamos a ellas para intentar resolverlas. Así, no sirve de nada ignorar el conflicto ya que, lejos de desaparecer, crece por la incertidumbre.
Nuestras percepciones están influenciadas por nuestras experiencias de vida y nuestra cultura y por nuestros valores y creencias; normalmente respondemos a los conflictos tomando como base las percepciones que tenemos de las situaciones y no necesariamente desde una revisión objetiva de los hechos.
Por otra parte, los conflictos provocan emociones fuertes y si no somos capaces de sentirnos cómodos con nuestras emociones o no somos capaces de gestionar el estrés, será muy difícil que podamos resolver los conflictos con éxito.Sin embargo, los conflictos son una oportunidad de crecimiento ya que, cuando somos capaces de resolverlos aumenta nuestra confianza en la relación. Ésto se debe a la seguridad que provoca saber que esa relación puede sobrevivir a los desacuerdos y a los diferentes desafíos que se pueden presentar.
Cómo gestionar conflictos de manera saludable
1. Debes ser capaz de reconocer y responder a las cosas que importan a la otra persona, en vez de obcecarte en no reconocer y no responder a las cosas que le importan.
2. Reacciona con calma y de forma respetuosa, sin estar a la defensiva en vez de reaccionar de forma explosiva y mostrándote enfadado, resentido y con actitud hiriente.
3. Muéstrate dispuesto a perdonar y olvidar para dejar atrás el conflicto sin resentimientos en vez de mostrarle al otro que no te importa y rechazarlo, haciéndolo sentir aislado y humillado y provocando que incluso sienta miedo a ser abandonado.
4. Intenta ponerte en el lugar del otro y busca el compromiso para que él haga lo mismo contigo, evitando el castigo y maltrato verbal, en vez de empeñarte en que se imponga tu criterio frente al del otro.
5. Enfréntate al conflicto, en vez de evitarlo por temor a obtener malos resultados.