A diferencia de lo que muchos piensan, la creatividad es una habilidad con la que todos nacemos, pero a lo largo de la vida y sobretodo de la infancia nos encargamos de no fomentarla y en el peor de los casos de matarla. Muchas veces son las escuelas las que matan la creatividad con actividades estereotipadas, repetitivas y obsoletas en el que tiene mayor prioridad enseñar materias como las matemáticas o el inglés a base de libro y pizarra que utilizando técnicas novedosas que fomenten la creatividad en el niño.
Muchas veces la carencia de estas técnicas por parte de muchos docentes se debe al desconocimiento, a la falta de motivación por parte de los mismos o al temor a que los niños se descontrolen en clase con actividades diferentes. Pero el pensamiento creativo es un gran motor de desarrollo social y económico de un país. Los niños creativos son los científicos, los ingenieros y los emprendedores del futuro. Además un niño al que se le permite desarrollar todo su potencial creativo y se le aplaude por él, es un niño más seguro de sí mismo hoy y un adulto más seguro el día de mañana, con mayor autoestima y más feliz, tiene relaciones personales más saludables y aprende a ver con más facilidad puntos de vista diferentes al suyo además de aprender a entender la frustración y resolver situaciones difíciles con más calma y claridad. ¿Cómo podemos hacer que nuestro hijo o nuestro alumno desarrolle su creatividad?
Aquí te proponemos algunas actividades:
1. Haz una excursión creativa una vez a la semana. Una visita a un museo y participar en los talleres que organizan para niños, ir al parque y observar los animales o las plantas o descubrir nuevos lugares etc.
2. Haz que tu hijo tenga al menos una hora al día para sus propios juegos. Demasiadas actividades extraescolares no son beneficiosas.
3. Procura que siempre tenga entre sus juguetes piezas lo más sencillas posibles. Papel, lápices, plastilinas, acuarelas, bloques de construcción, cosas para disfrazarse…ya que son poderosas armas creativas. Un cuento, un bloque de edificios, un poema o un cuadro pueden realizarse con estas simples cosas.
4 .Deja que juegue solo. Acompáñalo a veces para que sienta tu apoyo y tu cariño, pero es bueno que él sólo invente sus propios juegos, que investigue, no le termines tú los juegos.
5. Antes de dormir cuéntale un cuento y que él termine la historia, alábalo y para finalizar pregúntale cual ha sido su mejor momento del día, para que consolidar recuerdos y acciones positivas en su mente.
6. Haz juegos que impliquen una gran dosis de creatividad como el juego “para que sirve esto”, consiste en sacarle todas las utilidades posibles e inverosímiles que puede tener por ejemplo una caja de cerillas, un cepillo de dientes o una cáscara de naranja. Procura que él de más respuestas que tú.
7. No te rías nunca de sus ideas por rocambolescas que te parezcan. Todo lo contrario utiliza frases del tipo ¡Qué buena idea! ¡Que invento más divertido! ¡Cuéntamelo otra vez, me ha encantado! Etc.
8. Limita el tiempo del ordenador y la televisión. Se lo dan todo hecho. Si estableces un horario desde pequeño se acostumbrará a cuando es el momento y cuando no de ver la tele o jugar a los videojuegos.
9. Coloca sus dibujos en las paredes, en la puerta de la heladera…por un lado le aumenta la confianza en sí mismo al ver que te gustan sus dibujos y por otro haces del hogar un taller de creatividad. También puedes poner un mural de corcho en la pared de su cuarto, con sus dibujos, poemas, para motivarlo puedes poner tú uno en tu cuarto con cosas que tú creas, los niños aprenden por imitación.
10. Los juegos con marionetas, los juegos de sombras, o dejar que haga y vea cómo se desarrolla cada día las plantas de algodón y legumbres también fomentan su creatividad.
Mejora tu concentración con estas sencillas ideas
Si eres de esas personas que se distraen fácilmente entonces sigue leyendo este artículo y conocerás cómo hacer que tu cerebro pueda trabajar más eficientemente a través de la concentración.
¿Por qué nos desconcentramos?
Nuestro cerebro prefiere la recompensa inmediata y por eso nos tienta a postergar tareas, fundamentalmente aquellas que llevan más dedicación. Pero una buena noticia es que el cerebro es maleable durante toda la vida y puede cambiar para mejor.
Internet, las tecnologías y la desconcentración
Se calcula que en la actualidad, cerca del 80% de los estudiantes y el 25% de los adultos admite tener una cierta tendencia a no terminar tareas y la presencia actual de Internet y los teléfonos inteligentes ofrecen una cantidad enorme de posibilidades de distracción. En un mundo repleto de distracciones y tecnología es difícil no perder la fuerza de voluntad necesaria para mantener la concentración y prestar atención a las tareas ya sean académicas como laborales.
¿Cuándo aparece la distracción?
Hay psicólogos que opinan que la distracción es un mecanismo que se activa en momentos de estrés para lidiar con los problemas que surgen cotidianamente. Es decir, cuanto mayores sean nuestros problemas, más buscamos darles la vuelta y hacemos actividades que nos desconcentran.
El cerebro y la concentración
Los estudios de muchos investigadores como DeGutis y Esterman apuntan hacia la red dorsal de atención del cerebro, que es la zona que enlaza las regiones de la corteza prefrontal. Esta parte del cerebro se localiza justo encima de los ojos y es la que nos ayuda a tomar las decisiones. A su vez, la corteza parietal, también llamada “mesa de controles”, es el lugar desde donde se monitorean todos nuestros sentidos. Se localiza encima y ligeramente hacia atrás de nuestros oídos.
Esta zona es la que se activa siempre que le prestamos atención deliberada a una tarea. Para que esa zona funcione adecuadamente la actividad en la otra parte del cerebro se debe reducir.
Estos científicos y sus equipos han trabajado durante más de una década y han logrado descubrir que el cerebro es de por sí maleable, es decir, se puede ayudar a que muchas personas aprendan a concentrarse mejor.
Yoga y concentración
Aunque los neurocientíficos trabajan en dispositivos que ayuden a la concentración se reconoce el papel que tiene el arte milenario del yoga para equilibrar el cuerpo y ayudar a la concentración. El yoga, junto al contacto con la naturaleza, ayuda mucho a la concentración personal. Se recomienda la práctica de más de una sesión de yoga por semana para lograr resultados visibles.
Si no te logras concentrar bien no importa, si eres capaz de entrenar dos o tres veces por semana y tener contacto con la naturaleza de vez en cuando entonces podrás ayudar a que tu cerebro se olvide del estrés y se pueda concentrar mejor.