¿Qué pasa cuando sientes que no eres suficiente? El mundo se te hace pedazos y sientes que nada
de lo que haces marca una diferencia, que te esfuerzas y te esfuerzas pero que no alcanzas tus objetivos, es como una carrera donde no alcanzas la meta y nunca puedes terminar de correr. Esta carrera infinita te cansa y simplemente llega un momento en que es insostenible para ti.
Yo tengo amigas que me dicen: “siento que no me estoy esforzando, que no doy el máximo de mí”. Una
de ellas me decía que incluso después de graduarse de la Universidad comenzó a asistir a postgrados, tenía dos trabajos e incluso los domingos se había enlistado como voluntaria en refugios para indigentes donde ayudaba en comedores colectivos para ayudar a personas sin techo.
El sentimiento de vacío
Mi amiga pasaba el resto del fin de semana conmigo y nuestras otras amigas y yo realmente pensaba que era feliz hasta que comenzamos a hablar más sobre la sensación que ella tenía de que el tiempo no era suficiente para ella, ni que las cosas que hacía la llenaban por dentro. “Todas las cosas que hago, me hacen ver cada día que tengo que esforzarme más pero ya no puedo, he llegado a un punto en que no doy más y me estoy deprimiendo”. Yo me preocupé mucho por ella y decidí tomar cartas en el asunto porque comencé a temer por su salud.
Noté que muchas personas de mediana edad, profesionales o no, con trabajo, vida estable, familia, pueden llegar a sentir una gran presión social acerca del tiempo, el trabajo, la superación personal. Ciertamente vivimos en un mundo muy competitivo donde importa mucho quién eres, qué has logrado y dónde trabajas, pero a veces ocurre que en esta competencia sin fin nos trazamos metas y metas y metas sin pensar en lo que hemos alcanzado hasta este momento.
Pero seguir en este camino de metas incontables, de trabajo sin fin hace que en algún momento dejemos de darle importancia al hecho mismo de alcanzar algo, de crear algo, por eso caemos en un estado compulsivo en el que ya no podemos parar de buscar nuestro “Dorado”. Eso mismo le estaba ocurriendo a mi amiga.
El consejo para mi amiga
– “Alto”. Deja de esforzarte en exceso aunque creas que es imprescindible. Lo único que debes sentir como vital es la búsqueda de tu propia felicidad.
– Valora los esfuerzos que haces en tu día a día. Piensa en lo que has hecho, las metas que has cumplido, los amigos que tienes y valora cada esfuerzo y logro que has obtenido.
– Valórate como persona sin importar si crees que aún tienes mucho por lograr. Recuerda que una persona no está solo sus títulos o sus actividades, también es la calidad de tiempo, lo que hace por sí misma, la forma en que se cuida y busca su bienestar.
A ti te digo lo mismo, es posible que muchas veces pienses que no eres suficiente, que no das lo mejor de ti misma pero si tomas en cuenta lo que le dije a mi amiga te darás cuenta de que sí has hecho muchas cosas en tu vida y eso cuenta.