Depresión, problemas de adicción, esquizofrenia, anorexia… Son muchas las personas (y sus familias) que afrontan el confinamiento con un problema mental o trastorno psicológico. Son realidades invisibles que necesitan de una respuesta sanitaria y social urgente.
Los efectos del confinamiento en personas con problemas previos de salud mental es un aspecto que quizá está siendo descuidado. Nos hemos olvidado de quienes ya sufrían un trastorno psicológico, de quienes padecían problemas de adicción, de las personas que cuidan a sus familiares con esquizofrenia, trastorno límite de la personalidad o de quien por ejemplo, padece bulimia o anorexia.
Estas realidades silenciadas sobreviven con elevada dificultad en el interior de un hogar A menudo, con escasos medios y con una respuesta social y profesional escasa que no llega a cubrir cada necesidad, cada emergencia y cada problemática.
Si hace muy poco desde organismos como la Universidad de Washington alertaban que un efecto más de la actual pandemia serían las oleadas de depresiones causadas por la actual situación, no se está teniendo en cuenta al colectivo con problemas previos de salud mental.
Los psicólogos advierten del aumento de recaídas. Inciden en la urgencia de establecer seguimientos, redes de apoyo y permitir desplazamientos de profesionales para monitorizar el estado de estos pacientes. Porque, en ocasiones, una llamada o una videollamada no es suficiente. Porque solo con la presencia física del experto se advierten crisis, retrocesos o esos momentos críticos que pueden dar paso a respuestas a menudo dramáticas.
Confinamiento en personas con problemas previos de salud mental
Si los problemas de salud mental ya eran invisibles antes de la pandemia, ahora permanecen en una sombra aún más retirada y sobre todo, descuidada. Muchos han perdido sus rutinas. Los grupos de apoyo y las terapias en las que muchos iban dando valiosos avances, ya no están. Ahora, en la soledad de un piso, algunos vuelven a sus adicciones.
Otros, se sitúan en el precipicio de la recaída de su depresión. Muchos, permanecen sin saber cómo reaccionar ante ese hijo, que quizá ya no quiere tomarse la medicación para su condición psiquiátrica. La variabilidad de cada caso es muy amplia y los efectos del confinamiento inmensos.
Esto mismo ya lo tuvo en cuenta la población china. De hecho, hace muy poco se publicó un estudio en la revista TheLancet donde los doctores Hao Jao y JianChen profundizaban en esta problemática.
- Se ha podido ver que las personas con problemas mentales tienen un riesgo mayor a la hora de contraer el coronavirus.
- Muchos presentan un sistema inmunitario debilitado. Otros, tienen mayor tendencia a saltarse el confinamiento y generar conductas de riesgo que elevan el contagio.
- Asimismo, los problemas de salud mental tienen también comorbilidades con otras enfermedades. Lo cual, eleva su vulnerabilidad a la infección.
- Otro factor añadido es la dificultad para recibir en ocasiones una adecuada atención psicológica y médica cuando lo necesitan.
Veamos más factores sobre cómo afecta el confinamiento en personas con problemas previos de salud mental.
Trastornos mentales en tiempos de pandemia: realidades descuidadas
El confinamiento en personas con problemas previos de salud mental está generando desigualdades. Muchos lo tienen más difícil a la hora de pedir apoyo y asistencia.
Una buena parte de estas personas agradecerían, por ejemplo, poder salir un instante al día a la calle. Pensemos que son muchas las personas que viven en pisos pequeños que apenas ven la luz del sol.
Esta situación, sumada a un trastorno o una enfermedad mental, agrava la situación. No obstante, hay más problemáticas que considerar:
- El contexto actual es un disparador para quienes padecen fobias, trastornos obsesivos compulsivos o pensamientos intrusivos.
- Muchos, después de años de terapia han aprendido a manejar la angustia y a hallar estrategias para afrontar la preocupación cotidiana. La presencia de una pandemia es algo que les desborda y que los sitúa de pronto en un estado de gran indefensión. Nada de lo aprendido parece servirles.
- Quien ha sufrido traumas puede revivirlos en el actual contexto.
- Los que recurrían a las autolesiones o al abuso de sustancias ven en esta situación un disparador para volver a esas conductas.
- Algunos pacientes han estado en el pasado ingresados en alguna planta de psiquiatría de algún hospital. El actual confinamiento les retrotrae a aquellos momentos y se agrava la angustia.
- Estos pacientes no pueden volver a sus terapias, a sus grupos de ayuda, a esas rutinas que les servían de ayuda.
- Confinamiento en personas con problemas previos de salud mental ¿qué estrategias deberían seguirse?
El confinamiento en personas con problemas previos de salud mental puede llegar a ser muy problemático. Hay pacientes que lo afrontan en soledad. Otros, junto a unas familias que sufren en primera línea el miedo y la indefensión de no saber qué hacer. En la medida de lo posible, deberíamos tener en cuenta estas estrategias:
- Seguir unas rutinas y unos mismos horarios. Hacer lo mínimo que garantice nuestro bienestar: descansar, comer, hacer ejercicio, cuidar instantes de ocio, etc.
- Ideal si trazamos esas rutinas con el apoyo de los profesionales, con las mismas personas que nos venían tratando.
- Debemos recordar que pedir apoyo y ayuda es válido y necesario. Merecemos estar bien y en instantes de crisis, siempre habrá una persona que pueda ayudarnos.
- Debemos construir una red de apoyo. Familia, amigos, vecinos, servicios sociales, asociaciones, psicólogos y médicos deben conformar una red que siempre esté pendiente de esa persona con problemas de salud mental o con trastornos psicológicos.
- Contactos constantes. Los mensajes, llamadas y videollamadas son nuestro canal de ayuda cotidiano y no pueden faltarnos.
- Siempre es adecuado recordar esas estrategias de afrontamiento que nos sirvieron en el pasado. Toda persona que haya lidiado con algún trastorno o problema sabe que siempre hay algo que ayuda, como los ejercicios de respiración, la lectura, la música, el arte etc. Solo hay que recordarlo, que tenerlo presente para servirnos como canal cotidiano para calmar la mente.
Para concluir, sea cual sea nuestra situación, debemos recordar que no estamos solos. Por otro lado, en caso de que conozcamos a alguien en esta misma situación (solo o con su familia) tengámoslos presentes.
Seamos cercanos y formemos parte de esa red de apoyo que sabe dar respuestas, que sabe estar presente para quien más lo necesita.
Por: Psicóloga Valeria Sabater