Psiconsultar Online

Ansiedad funcional y los signos que demuestran que la padeces

La ansiedad  son respuestas adaptativas que alertan a nuestro organismo para que se prepare para afrontar un peligro. Es  un mecanismo  para la supervivencia que heredamos de nuestros ancestros.

En la actualidad necesitamos responder a las exigencias del entorno y tener éxito, respondemos con ansiedad funcional. Pero, ¿eso significa que es bueno estar ansiosos?

¡No es bueno estar ansiosos, pero  no siempre la ansiedad es patológica!
La mayoría de las veces es simplemente una respuesta adaptativa del organismo, que percibe una amenaza y prepara al cuerpo para que alcance un estado de activación acorde a la exigencia; digamos que sin esa sensación de nervios  e inquietud por el resultado no rendirías al 100% en una entrevista de trabajo o en un examen.

¡La patología se presenta cuando esos síntomas se exacerban,  no los puedes controlar o interfieren en tu desempeño diario. ¡En vez de ayudarte te perjudican!

Por sus caracaterìsticas la ansiedad es una emoción negativa, pues no es agradable estar ansiosos, y como ya te conté, esta respuesta debería aparecer para activarnos en situaciones de real exigencia o peligro y luego desaparecer.  Lo normal es recuperar la calma, cuando  el ¨peligro¨ pasa.
¿Cuándo se nos vuelve un problema la ansiedad? Si se nos dispara ante cualquier estimulo cotidiano y por tanto “vivimos ansiosos” y muchas veces no lo demostramos.

Las preocupaciones de los ansiosos
Pueden referirse a una gran variedad de temas: trabajo, salud, dinero, hijos, familia, etc… a menudo tienen un denominador común: no estar a la altura de la situación, decepcionar las expectativas de los demás y  ser rechazados. La persona ansiosa reconoce que sus preocupaciones son excesivas e irracionales pero no deja de preocuparse.
Si “vives” con ansiedad puedes experimentar algunos de estos síntomas:
Tensión muscular y dolor de espalda, dolor de cabeza, problemas digestivos, taquicardia, dificultad para dormir, sudoración excesiva, mareos, temblores, sensación de tener un peso en el corazón, dificultad para respirar, necesidad frecuente de orinar.
A nivel psicológico, la ansiedad funcional suele ir acompañada de dificultad para relajarse, hiperactividad, falta de concentración en lo importante, irritabilidad, inseguridad en sus resultados producto de un alto nivel de autoexigencia, insatisfacción, constante preocupación por asuntos pendientes, quejas.

Para manejar la ansiedad funcional
Admite tener ansiedad. Un rasgo tìpico de este tipo de trastorno es que la persona en apariencia no tiene problemas, es ¨funcional al sistema¨ pero si mantiene esos niveles de ansiedad por mucho tiempo estará agotando su energía de reserva y la condición puede tornarse delicada. ¿Te suena conocido?

Identifica las causas de tu ansiedad

  • ¿Utilizas términos como: nunca, siempre, todos, nadie, nada?
  • ¿Asumes posiciones extremas?
  • ¿Te enfocas más en tus fallas y fracasos?
  • ¿Te comparas con los demás?
  • ¿Te cuesta decir que no?
  • ¿Te preocupa el qué dirán?
  • ¿Eres una persona competitiva?

Si respondiste que sí a la mayoría de las preguntas, ¡cuidado! Tómate en serio  realizar algunos cambios en tu vida.
Empieza por  respirar, respirar profundamente; enfócate en tus logros; cuestiona tus creencias, no todo es blanco o negro; sé tu propia meta, no te compares. Aprende a decir que no. Practica algún deporte o simplemente sal a caminar para liberar las tensiones.

Autoevalúate
Si no logras manejar la ansiedad no dudes en consultar un especialista, te ayudará a encontrar las herramientas para afrontar tu situación sin perder el control.

Por: Milagros Quintero